Chillán, Jueves 21 de Noviembre  2024
29 de abril de 2021
Aunque la labor en salud y sobre todo en unidades críticas como la Unidad de Emergencia o los servicios con los pacientes más graves, siempre hay estrés y cansancio, en la actualidad esto se incrementó debido al COVID-19.
Enmarcado en la próxima conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores, Angélica, Víctor y Nathaly funcionarios de diferentes unidades y servicios del Hospital Clínico Herminda Martín, comparten historias de vocación y esfuerzo enfrentando esta pandemia, la que señalan como el “desafío sanitario” más relevante del siglo en Chile y el mundo.
Angélica Aguilera Ortega, enfermera de la Unidad de Emergencia y Víctor Rodríguez, kinesiólogo de la Unidad de Cuidados Intensivos del Servicio Médico Quirúrgico, coinciden en que el 2020 fue el año más agotador de sus carreras, pues aunque sus profesiones y lugares de trabajo se caractericen por tener una presión constante, debido a la gravedad de quienes atienden, hoy se sienten cansados física y emocionalmente.
Según sus propias palabras “pese al cansancio que siento y que creo que se debe a la mayor presión que ejerce sobre nosotros la pandemia, mantengo mi vocación intacta al servicio de la comunidad y por eso permanezco en mi puesto, atendiendo a quienes lo necesitan y respetando las medidas de cuidado para no contagiarme ni a mis seres queridos o pacientes”, detalló Angélica Algo similar siente Víctor, quien sostuvo que “he tenido una experiencia laboral que me ha permitido crecer como profesional, aprendiendo a enfrentar esta nueva enfermedad. Si bien, he sentido cansancio físico lo supero con el apoyo de mis colegas, de mi esposa y con las ganas de sacar adelante a nuestros pacientes. Estoy orgulloso de ser kinesiólogo y de pertenecer al HCHM”.
En el Hospital Clínico Herminda Martín (HCHM), trabajan alrededor de 3 mil personas, de distintos estamentos y profesiones, que en el último tiempo han redoblado los esfuerzos para seguir brindando atención oportuna a las usuarias y usuarios de Ñuble, incorporando nuevos aprendizajes que se relacionan con el uso de elementos de protección además de conocimientos específicos de la enfermedad, respecto a los equipamientos necesarios y terapias.
El Director del HCHM, Luis Alberto Pérez Ojeda, destacó la vocación de los equipos de trabajo y la enorme vocación que han demostrado al asumir el desafío que impuso la pandemia. “Agradezco sinceramente a cada una de las personas que trabajan en el Hospital, porque han permanecido en sus puestos laborales y han dado lo mejor de sí para enfrentar a ese enemigo desconocido que fue el COVID-19, que les alejó de sus familiares, recargó de trabajo e hizo cambiar hábitos de cercanía con colegas y amigos, además de ejercer presión psicológica por la posibilidad de contagiarse y ser posteriormente un agente de contagio. No obstante, cada uno supo cómo superar la dificultad y permanecer en sus puestos de trabajo para responder a las demandas de salud de la comunidad ñublensina”.
Debido a la pandemia y con el objetivo de resguardar la salud de los funcionarios y también de los pacientes se restringieron las visitas a los hospitalizados, sumando así una carga emocional extra en el personal clínico, que además de prestar atención a las necesidades terapéuticas de los hospitalizados atienden las afectivas que también se presentan, sobre todo cuando se producen largas hospitalizaciones.
Además, con el propósito de convertirse en un ejemplo institucional ante la comunidad, los trabajadores de la Unidad de Salud Integral del Funcionario (USIF) fueron claves, pues además de apoyar a los colegas en el ámbito psicológico y de salud física, fueron quienes en jornadas maratónicas vacunaron a la comunidad hospitalaria contra el COVID-19. La Dra. Nathaly Colmenares, médico de la dependencia, resaltó que tanto la inmunización como en el resto de la pandemia, se ha enfrentado en conjunto. “Complementamos un equipo de trabajo con profesionales capacitados, de todas las Unidades del Hospital, que es una gran familia y siempre actúa en concordancia con el bienestar de la comunidad”, aseguró la Dra. Colmenares. La facultativa destacó también que “hemos dado lo mejor en pro de nuestros funcionarios, quienes enfrentan la realidad que vive el país con mucha dedicación, por eso nos enorgullecemos de pertenecer a este gran establecimiento de salud”.
Al respecto del proceso de inoculación, Carolina Soto, enfermera supervisora de la USIF complementó que “es un orgullo participar y ser un aporte para mi equipo y para la comunidad hospitalaria, en este escenario de pandemia que nos ha instado a trabajar en conjunto como un gran equipo para ayudar a cuidar a las funcionarias y funcionarios que atienden a los ñublensinos”.
La pandemia no ha terminado, pero la comunidad hospitalaria permanece alerta atendiendo las necesidades de quienes enferman de COVID-19 o de cualquier otra patología, tal como lo ha hecho siempre, primando el trabajo colaborativo, el autocuidado y el compromiso de cada uno de los trabajadores del HCHM.
Francisco Ramírez 10, Chillán - Región de Ñuble - Chile
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