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Profesionales de salud entregaron recomendaciones para prevenir quemaduras por accidentes durante las vacaciones de invierno

14 de julio de 2017

Las bajas temperaturas y la lluvia obligan a muchos a permanecer al interior de sus hogares, donde la presencia de estufas y artefactos de calefacción puede transformarse en un riesgo para los menores. Por esta razón, profesionales del Servicio de Salud de Ñuble (SSÑ) y del Hospital Clínico Herminda Martín hicieron un llamado a prevenir accidente durante estas vacaciones.

De acuerdo a estadísticas del Ministerio de Salud, las quemaduras en niños y niñas aumentan en los meses fríos entre un 25 y un 30%. En esa línea, el director del SSÑ, Iván Paul, señaló que “esto se debe a que permanecen más tiempo al interior de sus viviendas, exponiéndose a riesgos que pueden causar lesiones graves. Se estima que el contacto específico con estufas y calefactores supera el 40% de las quemaduras de esta época del año a lo que se suman otras causas frecuentes como el volcamiento de hervidores, tazas de té, el contacto con planchas de ropa o para el pelo y el incorrecto uso de guateros”.

La autoridad añadió que “la invitación es a prevenir este tipo de accidentes a través de la adopción de medidas sencillas como poner barreras de al menos un metro ante una estufa para evitar que el niño se acerque, no secar ropa encima ni poner recipientes con agua caliente sobre los calefactores, porque además de humedecer el ambiente, puede volcar el líquido sobre el niño”.

 En cuanto al guatero, se sugiere idealmente no utilizarlo. Si no tiene otra opción, se debe renovar en cada temporada invernal, revisar el estado de la goma y el cuello y no ponerlo en contacto directo con el cuerpo o los pies; prefiera ponerlo entre las frazadas y retirarlo en el momento en que la persona se acuesta. Llenar sólo 3/4 de su capacidad y no usar agua caliente recién hervida.

Por su parte, el doctor Luis Sanhueza Jara, Jefe de Cirugía Infantil del Hospital Clínico Herminda Martín, reafirmó que “las que más afectan a los niños son las provocadas por agua caliente y también las de contacto con superficies calientes, como estufas. Habitualmente son profundas. En estos casos, se deben realizar los primeros auxilios en el hogar o lugar del accidente por las consecuencias que el trauma genera en la piel. La recomendación es verter agua fría y retirar la ropa que se está usando, sin aplicar ninguna sustancia en la zona afectada”.

Sin embargo, el médico puntualizó que el tratamiento específico dependerá de la gravedad del daño, ya que éstos “pueden partir desde una simple curación cuando la lesión no es tan profunda ni compromete una amplia extensión de piel, hasta la necesidad de un injerto de piel. Por ejemplo, en el caso de quemaduras por fuego, el principal consejo es no quitar los restos de vestimenta adherida en la piel y cubrir la zona con gasa o un paño limpio, y acudir al servicio de urgencia más cercano”.

Tipos de quemadura

 Las quemaduras se clasifican de acuerdo a su complejidad y de ello, dependerá cómo se debe reaccionar. En esa línea, el doctor Sanhueza detalló “Están las de primer grado, que son superficiales y se caracterizan por enrojecimiento, inflamación y dolor al contacto. No hay formación de ampollas. Normalmente dejan la piel roja y descolorida y no requieren de atención especializada”.

En tanto las de segundo grado, afectan a la dermis y se forman ampollas con contenido líquido procedente de los tejidos dañados. Son muy dolorosas y necesitan cuidados y control sanitario. 

 En estos casos, la recomendación es “lavar inmediatamente la zona afectada con agua fría, sin utilizar hielo, hasta que el dolor cese, por lo menos durante unos minutos. También se pueden aplicar compresas con agua fría. Después, se debe secar la zona sin frotar y cubrirla con un vendaje limpio, inmovilizándola y manteniendo, si es posible, el área afectada en posición elevada. Hay que evitar aplicar pomadas, cremas u otros remedios domésticos. Tampoco usar jabones ni sumergir a un niño pequeño en agua fría, por riesgo de que sufra una hipotermia”, añadió el Jefe de Cirugía Infantil, quien recalcó que en estos casos, se debe acudir a un centro de salud ya que se requieren curaciones especializadas para tratarlas.

Finalmente las de tercer grado dañan todas las capas de la piel e incluso al tejido graso, músculos y vasos sanguíneos. Se pierde la sensación de dolor por afectación de los nervios. La piel puede tener una coloración negra (carbonización) o cérea (aspecto de corteza).  Frente a esta situación, se recomienda cubrir el área afectada con un vendaje no adherente, o una sábana seca y limpia y no aplicar agua, aceites, antisépticos u otros remedios que podamos conocer. Los restos de ropa carbonizada hay que dejarlos, sin romper las ampollas cutáneas que encontremos. Ante esta situación, se debe llamar al SAMU o acudir al servicio de urgencia de forma inmediata, donde se les realizará el tratamiento específico.

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