Hospital Clínico Herminda Martín

Días antes de cumplir 32 años como capellán del Hospital Clínico Herminda Martín (HCHM), el padre Fernando Varas fue reconocido por la Municipalidad de Chillán como Hijo Ilustre, en el marco del aniversario 445 de la comuna, en una emotiva ceremonia realizada en el Teatro Municipal.

Sin duda, el sacerdote es una figura reconocida tanto dentro como fuera del establecimiento de salud. Es habitual que, al transitar por los pasillos del hospital, funcionarios y usuarios lo detengan para saludarlo y expresarle su afecto.

Según las propias palabras del padre Varas, “el Evangelio nos habla de Jesús atendiendo en oraciones y enseñanza, pero también releva la labor que realizó sanando a los enfermos de muchas patologías. Central para Jesús fue enseñar y sanar, y por eso, para mí es tan importante estar presente en el hospital y entregar acompañamiento espiritual a los enfermos, a sus familias y también a la comunidad hospitalaria. Esta función, durante todos estos años, ha sido un aliciente para mi vocación”, aseguró.

Todo su trabajo como sacerdote —o como él mismo lo define, todo su ministerio— lo ha realizado también en el Hospital, entregando apoyo espiritual y emocional a pacientes, familiares y personal. Ha sido consejero y fuente de consuelo en momentos difíciles. Además, integra el Comité de Acompañamiento Espiritual, colabora con el voluntariado Damas de Celeste y forma parte del Comité Ético Asistencial desde hace 28 años.

Pero no ha sido este el único lugar donde ha ejercido su labor pastoral. Simultáneamente, se ha desempeñado como párroco de la Iglesia San Bernardo de Chillán Viejo, ha sido vicario en las parroquias San Vicente y San Juan de Dios, y ha impulsado, con el apoyo de los feligreses, la construcción de dos capillas: la de Los Colihues y la del Hospital Santa María Josefa.

El gran impulso para esta última iniciativa surgió gracias a la imagen de Santa María Josefa, fundadora de las Siervas de Jesús de la Caridad, que el sacerdote recibió como obsequio cuando participó en su canonización, en la ciudad del Vaticano, en el año 2000. Este símbolo fue el motor para movilizar voluntades y donaciones, y concretar un proyecto que hoy es el pulmón espiritual del establecimiento y que, según recuerda el sacerdote, marcó un hito para la comunidad hospitalaria.

Los vínculos con el personal del hospital —que lo han llevado a ser partícipe de bautizos, matrimonios y funerales—, así como el significado profundo que tiene para él su rol de capellán, lo llevan a reflexionar: “Creo ser merecedor de este reconocimiento por el trabajo que he realizado en torno al Hospital, que me ha hecho testigo de momentos de sufrimiento y alegría, y que me ha permitido validar cada día mi vocación, acompañando a quienes más lo necesitan y contribuyendo a construir una comunidad”.

La noticia fue recibida con alegría por la comunidad hospitalaria, que valora profundamente la labor ad honorem que realiza. Al respecto, la directora del HCHM, Dra. Luz María Morán, destacó: “Para nosotros es muy relevante este reconocimiento a nuestro capellán, quien desde su ordenación ha trabajado tanto en nuestro Hospital como en el antiguo San Juan de Dios, acompañando a pacientes, sus familias, y a nuestros funcionarios y funcionarias en la realización de sus sacramentos. Por eso nos alegramos y lo acompañamos en este día tan importante para él, tanto en su rol sacerdotal como en lo personal. Independiente de nuestras creencias o religión, él es una figura transversal, que apoya decididamente en la humanización de nuestra atención en salud”.

En la actualidad, el padre Varas realiza una misa en la capilla hospitalaria el primer viernes de cada mes, además de liturgias a pedido, configurando el centro espiritual del hospital, que este año conmemora sus 80 años de existencia.