Avancemos en la corresponsabilidad en el hogar

Tradicionalmente, el trabajo doméstico y de cuidado eran actividades realizadas casi exclusivamente por las mujeres, realidad que se ha ido modificando por la incorporación femenina en el mercado laboral, lo que a muchas las ha hecho asumir una doble jornada de trabajo, sumando los quehaceres domésticos y de cuidado de niños o de personas mayores en su lista de tareas diarias.

En la actualidad, el confinamiento que ha sido necesario en el marco de la pandemia, visibilizó que dentro de los hogares hay una gran cantidad de labores. Por eso, los especialistas proponen que en las casas haya corresponsabilidad de tareas, es decir que se compartan tanto las domésticas como las que involucran el cuidado de niños, adultos mayores o personas con capacidades diferentes.

La idea es, que esta corresponsabilidad se negocie entre adultos, quienes informarán las funciones de cada uno de los miembros de la familia considerando que “hombres y mujeres pueden realizar por igual tareas domésticas y de cuidado, y que cuando los varones se involucran por ejemplo en el cuidado de los hijos, potencian su rol como padre y el vínculo afectivo con los hijos”, resaltó Claudia Gatica, trabajadora social de la Unidad de Salud Mental del Centro Ambulatorio de Especialidades (CAE)

Para ello hay que tener en cuenta los intereses de cada uno de los miembros que la integran y lograr un reparto equitativo y justo, aseguró Jordana Ramírez, psicóloga de Salud Mental del CAE. A continuación, exponemos algunos consejos al respecto:

  1. Modificar paulatinamente la rutina del hogar, asignando roles y responsabilidades, de acuerdo a las competencias de cada uno y la etapa del desarrollo en que se encuentran.
  2. Incluir a niños y niñas en las tareas domésticas y de cuidado de mascotas, para educarlos de manera consciente sobre la igualdad de género y mejorar las relaciones entre hombres y mujeres.
  3. Adoptar la corresponsabilidad aumenta el compromiso al interior de la familia, el sentido de responsabilidad e igualdad de género, además de mejorar las relaciones y comunicación al interior del grupo familiar.
  4. Cuando se comparten las responsabilidades, disminuye significativamente los niveles de estrés, y angustia de las personas, lo que beneficiaría directamente el bienestar y la salud mental de los integrantes de la familia, principalmente de las mujeres que culturalmente cumplen esta función.
Comparte en

Volver Volver al Boletín